“¿PUEDE
KIM JONG-UN CONTROLAR SUS BOMBAS?”
Encargado
de inaugurar la sesión, Miguel Ors Villarejo, director adjunto de la revista
mensual Actualidad Económica, comenzaba la charla haciendo especial hincapié
en la estupidez e incompetencia humana y en la tranquilidad que, en parte,
puede llegar a infundir los fallidos ensayos de Kim Jong-Un. Sin embargo, es
necesario prestar constante atención a una tecnología aún embrionaria como la
norcoreana, ya que su aproximación a la perfección es casi inminente. Es cierto
que, hoy en día, se desconocen datos del operativo interno que rige el programa
nuclear del país y mucho menos tenemos al alcance información sobre si el
dictador es quien tiene ese “botón rojo” que permite liberar su armamento o se
trata de una cuestión delegada a uno o varios subordinados que, por supuesto,
se ven sometidos a la encrucijada de perder su vida ante el más mínimo fallo.
Al
respecto, resultan inevitables las comparaciones de Corea del Norte con el
régimen de Stalin en la URSS y el famoso “incidente del equinoccio de otoño”,
en el que el oficial de las Fuerzas de Defensa Aérea Soviética, Stanislav
Petrov, se vio en la tesitura de hacer frente a lo que podría haberse
convertido en una inevitable guerra nuclear y que, en realidad, simplemente se
trató de un fallo del sistema de alerta nuclear. Ors recuerda esta importante
anécdota para recalcar el hecho de que existen muy altas probabilidades de que
algo salga mal en un conflicto que no parece tener solución a corto plazo a
menos que se mantenga una comunicación directa para evitar todo tipo de
malentendidos y situaciones delicadas que, no olvidemos, nos afectan a todos.
“¿ES
TRUMP EL LÍDER QUE NECESITA OCCIDENTE?”
Para
los asistentes a la conferencia, la respuesta es más que evidente: no. A un
escaso mes y medio para cumplir su primer año al frente de una de las más
importantes potencias mundiales, el presidente Donald Trump ha demostrado
sobradamente no ser el líder que se necesita en estos momentos. La politóloga
Nieves C. Pérez Rodríguez iniciaba su discurso presentado al triángulo que
respalda la conservadora política del gobernador estadounidense, que no cesa en
su empeño por recuperar la economía del país en tiempos del expresidente Ronald Reagan. Lo que ella
denomina como la “Troika económica de Estados Unidos” está compuesta por:
- Robert Lighthizer: enemigo de los acuerdos comerciales externos.
- Peter Navarro: asesor de la campaña electoral y con una clara posición antichina, a pesar de la más que evidente influencia del país asiático en la economía norteamericana.
- Wilbur Ross: amigo personal de Trump con tendencia al proteccionismo más conservador, cuyo máximo objetivo es expandir las exportaciones y reducir las importaciones.
Junto
a ellos, Trump se respalda en el actual director de la Agencia Central de
Inteligencia, Mike Pompeo, que, incluso, asiste a todas las reuniones privadas.
Con su asesoramiento, se ha producido un aumento presupuestario considerable
en el departamento de defensa, aspecto que el gobierno estadounidense también
exige a sus aliados con el fin de mantener cierto grado de seguridad frente al
conflicto norcoreano. Asimismo, el incremento de tropas y civiles en Oriente
Medio y la ausencia de embajadores en 70 países, pone en tela de juicio la
política diplomática norteamericana.
Intervención de Nieves C. Pérez Rodríguez sobre la presidencia de Donald Trump en materia de asuntos internacional.
“LA
ENCRUCIJADA ESTADOUNIDENSE ANTE LA CRISIS NORCOREANA”
Florentino
Portero, director del Instituto de Política Internacional de la Universidad Francisco de Vitoria, arrancaba su intervención con dos ejes que Estados Unidos
tradicionalmente ha tenido en cuenta como parte de la expansión de su
liderazgo, como son la proyección de seguridad y fuerza a partir de la
presencia militar en la región asiática y el comercio, ya que, al salir
reforzado de la Segunda Guerra Mundial, podía actuar de promotor tal y como se
ha podido apreciar en las economías japonesa y surcoreana.
Con
el año 2007, se produjo no sólo una de las mayores crisis mundiales, sino
también un cambio en los paradigmas existentes hasta el momento. Estamos ante
la cuarta revolución industrial, centrada en la cibernética, la bioquímica y la
biotecnología. No obstante, esta transformación pocas veces es resistida por
algún sistema político. Las empresas norteamericanas, que hasta ese instante se
habían considerado modélicas, se vieron en la quiebra más absoluta al
convertirse en anacrónicas, provocando fuertes tensiones internas. Igualmente,
este cambio industrial también afecta al ámbito social, dando pie a sucesos
como la elección a la presidencia de Trump o el brexit británico.
Por
supuesto, las décadas en las que Estados Unidos permanecía en el liderazgo
mundial han generado altos beneficios, mientras que las naciones que han recibido
su ayuda comenzaron a tener relaciones mucho más complejas. Con la política
gubernamental del expresidente Barack Obama, el país deja de prestar atención a su papel de líder,
regresando a un mayor aislamiento más propio de los años anteriores a la
Segunda Guerra Mundial, lo que facilita el acceso a otros países a alcanzar
dicho liderazgo, como China o Rusia, este último tomando la iniciativa en el
conflicto de Siria, sin ir más lejos. La cuestión de que Trump continúe con
esta tendencia no sólo proyecta la imagen de un Estados Unidos poco
comprometido, sino que, además, puede llegar a justificar el rearme de aquellos
países que se han percatado de esta circunstancia y se han visto obligados a
mantener la seguridad ellos mismos, dando pie a una situación global cuanto
menos inestable.
En
la actualidad, China es la potencia sobre la que gira el resto de países del
continente asiático. Su política ha favorecido el traslado de su fortaleza
interior al exterior, propiciando el deseo de ser la potencia regional de
referencia. Sin embargo, este hecho implica el deber de tener una mejor
relación con las naciones vecinas, compensando su propia potenciación militar
para evitar ser concebido como una amenaza. Las tensiones generadas por
Corea del Norte han provocado que Trump presione al gobierno chino para
pronunciarse con mayor contundencia y, así, posibilitar su desligamiento ante este
conflicto. Sin embargo, China es un régimen comunista al que le interesa,
primordialmente, no recibir una oleada de movimientos migratorios procedentes
de Corea del Norte. Asimismo, el papel de China podría provocar que hubiera
mayores posibilidades de una reunificación de Corea, propiciando, a su vez, la caída
del comunismo nuevamente. Esta falta de posicionamiento afecta directamente en
sus relaciones diplomáticas dentro del continente. En caso contrario, Portero
terminaba con un contundente final, “destruir Corea del Norte es destruir la
península”.
Intervención de Florentino Portero sobre el abandono del liderazgo mundial de Estados Unidos.
“EL
ELEMENTO NUCLEAR COMO CLAVE DEL CONFLICTO DE COREA”
El
director de la Fundación Instituto de Cuestiones Internacionales y Política Exterior y profesor de Derecho Internacional Público y Relaciones
Internacionales en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, Vicente Garrido
Rebolledo, cerraba la última ponencia de la mañana anunciando la proximidad
de que Corea del Norte tenga su primer misil con gran carga nuclear. Ante las
constantes noticias que llegan con los últimos lanzamientos llevados a cabo por
el país y los resultados que han obteniendo, queda claro que están tratando
de mejorar la entrada y salida a la atmósfera de estos misiles. El líder Kim
Jong-Un apuesta totalmente por los misiles balísticos con un alcance de más de
4.000 km, puesto que “si tienen capacidad nuclear y misiles, tienen capacidad
disuasoria”. Garrido
culpa de esta situación al pésimo acuerdo que se efectuó en 1994 por parte de
Estados Unidos. No obstante, su preocupación se centra principalmente en las
relaciones que mantiene Corea del Norte con otros países, como Pakistán o Siria,
al que vendió uranio enriquecido hace ya 20 años. Y mientras esto sucedía,
Corea del Norte retraso la firma del acuerdo de no proliferación para desarrollar
sus reactores, logrando, a su vez, que se les proporcionara más de lo que
demandaban. Este
armamento nuclear ha servido para que el régimen de Kim Jong-Un llevara a cabo
chantajes de tipo económico.
El conflicto pasó a un segundo plano con el
programa nuclear de Irán, aunque, al verse China obligada a apoyar las primeras
sanciones de la comunidad internacional, se pudieron limitar las exportaciones de
petróleo en un 30%, las transacciones comerciales, se prohibió la compra de
textiles y la creación de empresas conjuntas; y se rebajaron los productos de
lujo. Asimismo, el mayor chantaje sigue extendiéndose en el tiempo. Se han
celebrado 8 conversaciones (no negociaciones, ya que sigue sin reconocerse el
régimen norcoreano) durante 11 años, obteniéndose resultados mínimos. Sus
exigencias con respecto a la reunificación de la península y el reconocimiento político
a nivel internacional del régimen de Kim Jong-Un vienen respaldadas
constantemente por la amenaza nuclear. Conscientes
de que ningún otro estado les atacaría al poseer tal capacidad, su táctica les
ha posibilitado no poner en tela de juicio la cuestión armamentística en cada
una de las conversaciones, con excepción del ámbito nuclear. Por eso mismo, se
han realizado lanzamientos de misiles balísticos desde hace 4 años, más frecuentes
desde la llegada al poder de Kim Jong-Un. Garrido ofrecía datos concretos que
evidenciaban una situación más preocupante de lo que a simple vista se ve,
como, por ejemplo, los 79 lanzamientos que se han producido, de los cuales, 61
han tenido éxito y, 20 de ellos, han alcanzado cielo japonés.
Pero,
¿cuáles son las perspectivas que se presentan ante el conflicto norcoreano? Es
obvio que el deseo de Corea del Norte por intensificar sus esfuerzos en la
creación de misiles de medio alcanc, al igual que el desarrollo de motores y misiles que
lleguen a Estados Unidos y no sólo a Alaska, seguirá permaneciendo. A su vez, la
cuestión nuclear es la mejor baza para conservar el régimen comunista, el cual
sigue siendo un nexo de unión con China. Mientras tanto, las reservas de uranio
aumentan en número, lo que reduce los gastos armamentísticos y eleva el riesgo
tanto de que sea vendido o robado como de que ocurran más lanzamientos accidentales que
provoquen graves consecuencias. Sin embargo, Garrido señala que Corea del Norte
aún no tiene esa capacidad nuclear de la que suele alardear, pero que, en cambio,
puede que ocurra en menos tiempo del esperado. De hecho, se sospecha que se realizará una nueva
prueba para el primer tercio de 2018. Para frenar este vertiginoso plan, sería
necesaria una inspección sobre terreno, al igual que darse por perdido
definitivamente que Corea del Norte vuelva a formar parte del Tratado de No
Proliferación Nuclear. Una vez que el régimen de Kim Jong-Un logre su más inmediato
objetivo, lo más probable es que el líder redefina una doctrina nuclear mucho
más agresiva, que le llevará a poseer unas 90 bombas nucleares en los próximos 10
años.
El futuro nuclear de Corea del Norte analizado por Vicente Garrido Rebolledo.
“EL
IMPACTO DEL CONFLICTO EN LAS RELACIONES GEOPOLÍTICAS DE LA ZONA. EL PAPEL DE
CHINA”
Finalmente,
de la sesión matinal de la Conferencia-debate organizada por 4Asia, se pudo
extraer que China es uno de los agentes fundamentales a la hora de encarar este
conflicto, mientras que, al mismo tiempo, crece el temor entre sus países vecinos. Es evidente que la región asiática tiene miedo de que cualquier tensión desencadene violencia, especialmente a China, ya que podría desprestigiar la imagen
de superpotencia que ha construído en los últimos años. La cuestión de los
“indeseados” movimientos migratorios desde Corea del Norte y la afinidad al
régimen comunista están consiguiendo congelar cualquier tipo de iniciativa por
parte del gobierno de Xi Jinping, que trata de contener a Estados Unidos y, a su
vez, presentar el conflicto norcoreano como una pequeña amenaza. Por eso
mismo, ante la falta de seguridad y posicionamiento de China, Japón ha
entablado lazos con India con el objetivo de crear una reacción en el
continente.
Además
de ello, China será el motor de desarrollo económico mundial del siglo XXI, tal
y como lo fue Estados Unidos en el siglo pasado. Por ello, Corea del Norte ha
comenzado a imitar el modelo económico de China, introduciendo el mercado en la
utilización de recursos. No obstante, la fuente principal de esta gran superpotencia asiática es la
exportación masiva, ya que sus propios mercados son demasiado pequeños. Por
tanto, para lograr alcanzar su nivel, tendría que admitir capital extranjero,
lo que supone un desarrollo económico enfocado al mercado exterior y, a su vez, una gran
problemática con respecto a la cuestión nuclear. Las relaciones diplomáticas de
China se complican aún más con otros conflictos como sus rutas navales frente a las de Filipinas y Vietnam, lo que lleva a Asia a enfrentarse a un equilibrio
subóptimo en el que se ve atascado y del que es posible que no pueda salir.
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